ACADEMIA NORTEAMERICANA DE LA LENGUA ESPAÑOLA Director: D. Gerardo Piña-Rosales Comisión de Traducciones Presidente: D. Joaquín Segura Vocales, por orden de antigüedad de nombramiento:
D. Emilio Bernal Labrada, D. Antonio Culebras, D.a Leticia Molinero, D. Francis D. Gómez,D. Mordecai Rubín, D.a Beatriz Varela, D.a Estelle Irizarry, D. Wenceslao Carlos Lozano, D. David J. Deferrari, D.a Rima de Vallbona, D.a Silvia Faitelson-Weiser, †D. Valentín García Yebra, D. Fernando A. Navarro,
D. Eugenio Chang-Rodríguez, D. Gustavo A. Silva, D. Gerardo Piña-Rosales, D. José Luis Sierra-Ponce deLeón, D. Antonio Garrido Moraga, D. Joaquín Badajoz, D. Daniel Fernández Martín, D. Juan Manuel Pascual,D. Rolando Hinojosa-Smith, D.a Domnita Dumitrescu
Redacción: J. Segura, 35142 Carnation Lane, Fort Mil , SC 29707 Correo electrónico: jbsegura3@gmail.com CORTESÍA CODIFICADA VERSUS CORTESÍA INTERPRETADA EN ESPAÑOL: CONSIDERACIONES GENERALES Domnita Dumitrescu California State University, Los Angeles& Academia Norteamericana de la Lengua Española
A pesar de que Robin Lakoff fue la primera en interesarse, en 1973, en la cortesía
como comportamiento verbal regulador de la relaciones humanas, el estudio de lacortesía verbal empezó de verdad, como se sabe, con el trabajo de Penelope Brown yStephen Levinson, publicado primero en 1978, como capítulo de un trabajo colectivo,bajo el título de “Universals in language usage: Politeness phenomena”, y luego revisado,ampliado y reeditado, como libro aparte, en 1987, bajo el título de Politeness: Someuniversals in language usage. Su teoría estipula, básicamente, que la cortesía es unaestrategia verbal universal, que consiste en salvaguardar la imagen (inglés: face) positivao negativa del interlocutor, cuando esta se ve puesta en peligro por actos de habla(inglés: speech acts) amenazadores. Como se verá más adelante, la cortesía que protegela imagen positiva es una cortesía positiva, mientras que la cortesía que protege la imagennegativa es una cortesía negativa. En cuanto a cómo conciben estos autores la imagenpositiva y negativa, la siguiente cita es significativa:
Central to our model is a highly abstract notion of “face” which consists of twospecific kinds of desire (“face-wants”) attributed by interactants to one another:the desire to be unimpended in one’s actions (negative face), and the desire (insome respects) to be approved of (positive face) (Brown & Levinson 1987: 13)
Esta teoría ha dado lugar a una plétora de estudios sobre la cortesía verbal en
varias partes del mundo, pero también ha suscitado bastantes críticas, especialmente porparte de los lingüistas asiáticos, que critican sus pretensiones de universalidad y, enparticular, su modo de concebir la imagen negativa. El enfoque “brown-levisoniano,”por así decir, ha sido modificado y/o matizado ulteriormente por muchos lingüistas comola francesa Catherine Kerbrat-Orecchioni por ejemplo, pero prácticamente sigue siendo,incluso hoy en día, el punto de partida explícito o implícito de todos los estudios sobre lacortesía verbal como fenómeno comunicativo en la interacción entre los seres humanos.
La aparición, en 1994, del libro de Henk Haverkate sobre la cortesía verbal
basado enteramente en ejemplos del castellano, ha dado un enorme impulso a los estudiossobre este tema en el mundo hispanoparlante, que hasta entonces se había quedado, porasí decir, en el cono de sombra de los estudios sobre la cortesía en otras lenguas (yculturas) occidentales u orientales. Los poco más de quince años que han transcurridodesde entonces han ampliado y profundizado enormemente nuestra comprensión acercadel funcionamiento del comportamiento verbal cortés y/o descortés en numerosascomunidades socioculturales de habla española y, lo que es aún más importante, la últimadécada ha visto surgir una especie de “escuela hispana” de análisis de la cortesía, cuyosrepresentantes más destacados giran en torno al Programa EDICE (Estudios sobre el
Discurso de la Cortesía en Español), encabezado por Diana Bravo, y al Grupo Val. Es. Co (Valencia, Español Coloquial), encabezado por Antonio Briz (quienes no pocas veceshan unido sus esfuerzos de investigación y sus recursos científicos en la organización deencuentros de especialistas y en la publicación de volúmenes representativos de suorientacón filosófica y metodológica).
El marco teórico en que se inscribe el presente trabajo es precisamente el de la
“escuela hispana” agrupada en torno al Programa EDICE (www.edice.org), que parte dela premisa de que los participantes en una interacción comunicativa tienen unos deseosde imagen que se caracterizan de acuerdo con aspectos socioculturales de su propiacomunidad. Estos deseos de imagen se relacionan con el rol o los roles que los hablantesestén representando en una situación comunicativa dada, de forma que el deseo deimagen es completamente dependiente del rol desempeñado, estando éste, al igual que laimagen, definido social, cultural y situacionalmente. La actividad de cortesía surge, portanto, cuando un hablante confirma la imagen de su interlocutor en relación con el rol olos roles que está representando en esa situación, al tiempo que confirma la suya, tambiénen relación con su rol. Por lo tanto, en este marco, se considera básicamente que elcomportamiento cortés trata de alcanzar una situación de equilibrio (Hernández Flores2004) entre la imagen social del destinatario y la del hablante, de forma que ambas sevean beneficiadas en algún grado.
Una distinción importante que hay que tener en cuenta es la distinción entre
cortesía codificada (también llamada “ritual” o “normativa”) y cortesía interpretada (o“estratégica”). La primera —la codificada— se realiza, como sugiere su nombre, a travésde recursos lingüísticos codificados, como por ejemplo las fórmulas de cortesía u otrasformas idiomáticas fijas, reconocidas y aplicadas en contextos similares por todos losusuarios de la lengua (Briz 2004, Bravo 2005).
En cambio, el segundo tipo de cortesía —la interpretada— tiene un bajo nivel de
convencionalización y de codificación lingüística, aunque —eso sí— posee un anclajeque hace que sea reconocida por los usuarios en determinados contextos (Bravo 2005). En otras palabras, este tipo de anclaje representa un uso cuya interpretación es habitual encontextos similares. Por ejemplo, los frecuentes solapamientos de turnos de habla, que losextranjeros interpretan a veces, desde su propia perspectiva cultural, como interrupcionesdescorteses del interlocutor, son para los hispanos, en la mayoría de los casos, estrategiasde cortesía destinadas a demostrar interés e intensificar el acuerdo, lo que implícitamenterefuerza la imagen afiliativa de los interlocutores ( Briz 2005:70).
Según Briz (2004, 2005) y sus colaboradores, la cortesía normativa se manifiesta
sobre todo en el ámbito monológico de los actos y las intervenciones de los participantes,mientras que en el nivel de las unidades dialógicas, la cortesía que se manifiesta en losintercambios y en las secuencias es esencialmente de tipo estratégico.
Por otro lado, las actividades de cortesía se pueden clasificar en actividades de
cortesía positiva, si su propósito es reforzar la imagen del interlocutor sin que seanllevadas a cabo por motivos negativos (o sea, para prevenir posibles amenazas a laimagen) y actividades de cortesía negativa, si, al contrario, se originan por la existenciade posibles amenazas a la imagen que hay que evitar o minimizar. Según Marta Albelda(2005), la cortesía positiva es valorizante, y se vale, básicamente, de estrategias deintensificación de los actos de refuerzo de la imagen (los así-llamados FFAs, o sea faceflattering acts, postulados por Kerbrat-Orecchioni 1997, 2001, 2004, 2005). Por el
contrario, la cortesía negativa es una cortesía mitigadora, que se vale específicamente deestrategias de atenuación de los actos de amenaza a la imagen (los así llamados FTAs, osea los face threatening acts postulados por Brown & Levinson 1978/1987). Un ejemplode estrategia de cortesía valorizante sería este diálogo teatral de Buero Vallejo, quecontiene cumplidos y reacciones codificadas a los mismos (protesta, minimización oagradecimiento):
(Entra Doña Balbina, con un traje negro bastante elegante.) Manola —Creí que no subía usted. ¡Qué elegante! Doña Balbina —¡Por Dios! Cuatro trapitos. Lo que pasa es que se saben llevar. (Se pavonea. Se vuelve hacia la puerta.) ¿Qué haces aquí, Daniela? ¡Entra de una vez! (Entra Daniela. Está preciosa con su traje sastre y su broche de bisutería en la solapa.) Manola —¡Qué reguapísima estás, hija! Daniela —Gracias. (Se aparta hacia el pretil, donde se apoya, acariciando los libros de Fidel.)
Y un ejemplo de estrategia de cortesía mitigadora sería esta queja atenuada de
parte de la entrevistadora (al final de la secuencia de apertura, que contiene los saludostradicionales) que está sufriendo por el calor, a causa de la falta de aire acondicionado,pero no quiere que su anfitriona se sienta mal, y por ello trata de minimizar suincomodidad (los datos provienen de un corpus oral dominicano):
Enc. Buenos días, Grethel, ¿cómo estás? Inf. Buenos días. Muy bien, gracias, ¿y usted? Enc. Bastante bien. Un poco acalorada, porque hoy parece que el aire aquí está un poco débil, pero… Inf. No, lo que pasa es que no hay luz eléctrica y sin ella no funcionan los aires. Hay que esperar a que llegue.
Los actos de refuerzo de la imagen (o sea, los actos de cortesía valorizante) en la
cultura española se realizan básicamente de dos maneras: directa e indirectamente(Albelda 2005). El refuerzo directo de la imagen del alter se produce mediante larealización de FFA’s (halagos, alabanzas, cumplidos, agradecimientos, etc.), quecorresponden básicamente a la llamada cortesía normativa. Efectivamente, la cortesíaritual o normativa recurre básicamente a fórmulas lingüísticas más o menosestereotipadas, cuyo uso está dictado por convenciones sociales asociadas con el contextosituacional en que se encuentran los participantes. El ejemplo más conocido de cortesíaverbal codificada son el saludo o la despedida, que son, aparentemente, actos de hablauniversales, si bien se realizan en distintas culturas a través de fórmulas lingüísticasdiferentes, que además varían en función de la situación comunicativa concreta dentro decada una de estas culturas. (Por ejemplo, según Haverkate, un saludo tradicional chino,que aparentemente está cayendo en desuso, puede realizarse a través de una preguntacomo ¿Ha comido usted su arroz?, a lo cual el interpelado debe contestar: Sí, he sido tanegoísta).
Otro acto de habla íntimamente relacionado con el saludo y la despedida, y que
representa también una manifestación patente de cortesía codificada, es el acto de hablade formular buenos deseos — o de “hacer votos (por algo)” en el sentido de “expresar undeseo favorable a algo”, como lo define la RAE en su diccionario. (Sus equivalentes enotras lenguas son, por ejemplo, los verbos to wish en inglés; Wünschen en alemán;souhaiter en francés; augurare en italiano y a ura en rumano). He aquí un ejemplo,sacado de una interacción real que ocurre en una peluquería ecuatoriana, en el momentode despedirse una cliente, la cual emplea, junto con las fórmulas de despedida habituales,buenos deseos hacia la peluquera y las otras clients con las que acaba de platicar:
C que pasen bien [y gracias]C2 [usted también] que pase bienC hasta luego que pasen bienC2 hasta luegoP1 que le vaya bienC4 hasta luegoC hasta el día martes, RositaP1 bueno que le vaya bienC hasta luegoP1 hasta luego
Desde el punto de vista interaccional, los deseos (lo mismo que los cumplidos)
son actos de habla intrínsecamente corteses, ya que, como todo F(ace) F(lattering) A(ct),realzan la imagen positiva del interlocutor, y, al mismo tiempo, son un fuerte marcadorde solidaridad (o sea, de “afiliación”) entre los miembros de una comunidad quecomparten el mismo sistema de valores culturales.
Si adoptamos la fructífera distinción entre “imagen de autonomía” e “imagen de
afiliación” que Diana Bravo plantea a la base de su modelo de la cortesía, como sustitutode los controvertidos conceptos de imagen positiva y negativa, señalando al mismotiempo que —según dicha autora— no existe una tajante separación entre “imagen deautonomía” e “imagen de afiliación”, sino que en muchas ocasiones los contenidos deimagen toman formas complejas que unen elementos de ambas, creo que podemosafirmar sin equivocarnos que los deseos, especialmente los expresados a través defórmulas rituales, representan poderosas estrategias de imagen de afiliación, tanto para lapersona que los formula (y que al usarlos en forma adecuada se identifica como unmiembro socio-culturalmente competente de la respectiva comunidad) como para lapersona que los recibe y reacciona verbalmente a los mismos, quedando integrada deesta forma en el grupo del que forma parte su interlocutor, con el cual comparte el mismosistema de valores y las mismas normas de conducta.
El refuerzo indirecto de la imagen del alter consiste, en esencia, en reforzar y/o
apoyar las palabras de este, lo que implica que estamos, en este caso, ante una forma decortesía interpretada o estratégica. Dicho refuerzo y/o apoyo se puede manifestar en tresformas diferentes, a saber Colaboraciones con el tema: pro-argumentos, intervencionescolaborativas, afirmaciones; Manifestaciones de acuerdo, ratificaciones; Colaboración enla producción del enunciado del tú.
Una forma de colaboración discursiva típica de los hispanohablantes es, por
ejemplo, la frecuente retro-canalización o co-participación realizada a menudo comorepetición aprobativa de las palabras del interlocutor (lo que en la literatura deespecialidad se llama alo-repetición). Un ejemplo, sacado de un corpus oralpuertorriqueño, sería el siguiente:
(Las interlocutoras expresan su acuerdo sobre una profesora, Lola, que es mala,y sobre un profesor, Rogelio, que es bueno, pero nervioso, rasgo, este último, quese comenta a continuación):
Enc. Claro, ustedes fue el grupo que él cogió….más nervioso. Inf. Nervioso, ne’vioso. Enc. ¿De verdad que estaba nervioso?Inf. Nervioso. Ay, pero a mí me gustaba mucho su clase. Enc. Él tenía….Yo, yo pienso que él tiene mucha capacidad de comunicación. Inf. Tiene mucho ángel para eso. Enc. Tiene ángel. Inf. Sí, él tiene ángel. Aunque a veces, se ponía molesto, molesto.
Otra forma de colaboración dialógica típica consiste en anticipar (o sea
“adivinar”) las palabras del interlocutor, con el consecuente solapamiento de turnos yamencionado antes, combinado, nuevamente, con alo-repeticiones y exclamaciones deaprobación y acuerdo incondicional. He aquí un ejemplo en este sentido, también sacadode un corpus oral dominicano:
Inf. […] Y…y todavía siguen con la discriminación racial. Y sobre todo la, ladiscriminación por sexo, porque la racial en este país es…Enc. Absurda. Inf. Exacto, absurda. Enc. Pero la hay, fíjate, yo estuve hablando con otra persona que entrevisté de lagente de aquí. Inf. Sí, la hay, pero es….o sea, yo la considero absurda. Enc. ¡Claro, claro!Inf. Que hay….Aquí no hay nadie que pueda decir, “Yo soy blanco”. O muy rara‘la’ persona’ que puedan decir que son negros. Porque aquí lo que hay es un…Enc. Una mezcla. Inf. …una mezcla, de todo el mundo […]
Otra forma de cortesía estratégica valorizante parece ser, en ciertos países
hispanoamericanos, un caso especial de leísmo idiosincrásico, destinado a expresarcortesía hacia el interlocutor en las interacciones verbales directas. Es un leísmo al quevarios estudiosos del español de América (por ejemplo, Miguel Angel Quesada Pachecoy María Vaquero, entre otros) han aludido, sin nunca entrar en detalles. Este uso, querecibió el nombre de leísmo de cortesía, está descrito como sigue en el Diccionariopanhispánico de dudas de la Real Academia Española:
Otro caso de leísmo generalizado en todo el mundo hispánico es el llamado«leísmo de cortesía». Se trata del uso de le(s) en función de complemento directocuando el referente es un interlocutor al que se trata de usted. Este leísmo sejustifica por el deseo de evitar la ambigüedad de sentido que acarrearía el uso delos pronombres de acusativo lo(s), la(s), ya que estos podrían referirse tanto a uninterlocutor presente como a una tercera persona no partícipe en la conversación:«Ande, y discúlpelo [a él], que yo en seguida LE acompaño [a usted]» (M.DíezExpediente [Esp. 1992]); «Que Dios LE acompañe y LE proteja. Yo aquí LEespero» (Chao Altos [Méx. 1991]); «¿Quiere que LE acompañe? [Dirigido a unamujer]» (Rossetti Alevosías [Esp. 1991]). No obstante, también se documentanejemplos en los que no se da este tipo de leísmo, especialmente en el Perú y lospaíses del Cono Sur: «LO acompaño, sargento» (Scorza Tumba [Perú 1988]). Aunque el «leísmo de cortesía» no está tan generalizado cuando el interlocutor esfemenino, debe considerarse aceptable, especialmente en fórmulas fijas de saludoo despedida del tipo LE saluda atentamente y similares. (pág.395). (Para más información al respecto, ver Dumitrescu & Brânza, por aparecer).
Por otra parte, vale la pena señalar que los estudios de Erica García y Ricardo O-
theguy sugieren que en los países andinos, donde la influencia de las lenguas indígenas semanifiesta, entre otras cosas, en una preferencia marcada por el uso invariable de le en elhabla de los bilingües, los monolingües que dominan el sistema etimológico evitan, alcontrario, el uso de le (prefiriendo la forma lo) cuando quieren mostrar respeto y corte-sía hacia su interlocutor.
En cuanto a la cortesía mitigadora, se puede decir que esta también se realiza de
forma directa o indirecta. Probablemente, la forma más típica de atenuación directa, quees a la vez una manifestación clara de cortesía codificada, es la disculpa (sobre la cual nome voy a extender). Indirectamente, la mitigación se realiza esencialmente a través deestrategias de atenuación, lo cual significa que estamos en el plano de la cortesíainterpretada. La atenuación es uno de los polos de la modulación discursiva, cuyo otropolo (complementario) es la intensificación. La atenuación, como estrategia demodulación
de la interacción verbal, se realiza fundamentalmente mediante diferentes
tipos de atenuantes. Según Haverkate (1994: 209), podríamos definir el atenuante comouna partícula, palabra o expresión que sirve para modificar el significado de un predicadode forma que indique que ese significado solo se aplica parcialmente al objeto descrito.
Haverkate ofrece como ejemplos de atenuantes en español el “uso popular de
cómo, comparable [según él] al atenuante inglés “sort of” y el uso mitigador de poco,“característico del lenguaje conversacional, no sólo en español, sino en muchas otraslenguas”. Además, señala que, en español, “[A]parte de la modificación externa delpredicado con adverbios y partículas, hay que distinguir la modificación interna, o seamorfológica, que se consigue con la sufijación diminutiva” (1994: 210). He aquí dosejemplos de atenuación realizada a través de diminutivos, en mi corpus de habla cubana:
(El informante habla de los deportes que hace y dice que siente un poco de“sobre peso”. La entrevistadora le pregunta sobre su peso y sus medidas, yprosigue así:)Enc. Ah, sí, ¿cuánto estás midiendo de pantalón? De cintura. Inf. Bueno, eee…yo antes era treinta y uno, pero ahora soy trentitrés (sic!)Enc. ¡Uy! Estás gordito. (El informante nota que la entrevistadora no usa la ‘erre’ velar que había oído enboca de otros puertorriqueños y la entrevistadora le explica que este rasgofonético ha caído en desuso. El informante continúa, notando que suinterlocutora tampoco habla con la entonación típica de su país):Inf. No. Porque en los boricuas se encuentran que nosotros hablamos cantado,¿usted se encuentra que hablamos cantado?Enc. Tienes un deja…un dejadito, sí.
Los autores que han explorado más a fondo el tema de la atenuación, tanto en
español como en otras lenguas —como Meyer-Herman 1988 (uno de los pioneros delestudio de la atenuación e intensificación en castellano, quien usa, creo que por primeravez, el término de “operadores de atenuación”), Fraser 1980 (quien de hecho introdujoeste concepto, conocido ya por la retórica clásica, en la pragmática moderna, aplicándoloconcretamente al estudio de la conversación), o Caffi 1999 (quien lo estudió en lainteracción verbal médico-paciente en italiano)—, han puesto en evidencia numerososotros mecanismos lingüísticos de atenuación implícita, por ejemplo a través de larealización indirecta de los actos de habla, el uso de “enunciados metacomunicativos”, depreguntas aseverativas (en inglés: tag questions) o de otros mecanismos de des-focalización del tema y /o de des-personalización de la enunciación. De modo que a lahora actual se ha demostrado que, como dice Caffi, (1999: 883), “mitigation works in amultilayered and multi-dimensional way, simultaneously affecting a plurality of linguisticlevels and interactional dimensions”. He aquí un ejemplo del Corpus de habla de Madriden que se combinan varios recursos de atenuación, ya que el hablante toma muchasprecauciones al describir la manera de vestir de los habitantes de la ex Unión Soviética encomparación con la de los occidentales, para no dar la impresión de que los critica,tratando sin embargo de ofrecer una respuesta veraz a la pregunta de su interlocutor:
Pues daba la sensación de que vestían pobremente, ¿no? O sea. pero no. no era, no. no iban rotos ni sucios, sino es que la ropa que venden en los almacenes, pues es la ropa que. que tienen que comprar y no hay otra cosa. Y entonces, pues tienen que vestir. un poco. de una manera estándar. Y daba una sensación pues —incluso en los días de fiesta— pues. de que, ¿cómo diría yo?, un barrio obrero, un barrio obrero en día de trabajo, las personas como van vestidas. Porque en un día de fiesta. la gente va bien vestida en general, ¿no?, con su traje elegante y todo eso. Pero no es que fueran rotos, ni sucios ni nada, sino pues. daba una
sensación un poco como de pobreza, ¿no? Y además todo el mundo igual, claro. No se veían diferencias en la vestimenta, ¡claro!, en el color, en todo eso, sí,pero. pero vamos, la categoría de la vestimenta, pues no. no había grandesdiferencias….
Para terminar, quiero señalar que el tipo de cortesía varía con la distancia social
entre los interlocutores. Según Márquez-Reiter y Placencia (2005:190), “cuando haydistancia social entre los interlocutores, los hispanohablantes tienden a hacer más uso dela cortesía negativa o a expresar deferencia. Sin embargo, cuando hay poca o no hayninguna distancia social, los hispanohablantes parecen preferir la expresión de cortesíapositiva o la expresión de la solidaridad y la afiliación”.
Por otra parte, se ha observado que hay culturas que están más predispuestas a la
cortesía positiva, o valorizante, y culturas más predispuestas a la cortesía negativa, omitigadora. Es bien conocida, en este sentido, la división entre culturas de acercamiento(o de cortesía positiva) y culturas de distanciamiento (o de cortesía negativa) queHaverkate (2004) considera aplicable a “una subclase de la clase de las culturas delmundo”, a la que pertenecen en general las culturas europeas, incluyendo, por lo tanto, ala cultura española. Si bien, en conjunto (como afirma Haverkate), la cultura española seclasificaría, frente a la cultura holandesa por ejemplo, en el grupo de las culturas decortesía positiva, no es menos cierto que lo que por conveniencia llamamos “la culturaespañola” (o sea la cultura de los hispanohablantes) no es en absoluto una entidadmonolítica. Efectivamente, como indican Márquez-Reiter y Placencia 2005, laorientación preferente hacia la cortesía positiva o negativa varía también dentro de lacomunidad hispanohablante, con países en que predomina la cortesía positiva y laexpresión de la solidaridad y afiliación, y países en que ambas orientaciones parecentener igual peso. Como dicen las autoras citadas (2005:190), “si se tratara de colocar losdiferentes estudios [hechos hasta ahora sobre la cortesía en el mundo hispano] sobre uncontinuo cortés, encontraríamos a los argentinos, a los españoles y a los venezolanos deestos estudios en un lado del espectro, seguidos por los chilenos y los uruguayos en elmedio, y los mexicanos, los ecuatorianos y los peruanos en una posición ligeramenteinferior hacia el polo negativo del continuo” (trad. mía). En cuanto a los caribeños, losestudios realizados por Ruzickova (2007 a, b) demuestran sin lugar a duda que la culturacubana valora sobre todo la cortesía positiva, la solidaridad y la afiliación, y deberíafigurar, con la española y la venezolana, en el grupo de “friendly, back-slapping cultures”del polo positivo del continuo mencionado. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS SELECTAS
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de los que he extraído los ejemplos citados)
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(Correspondiente de la ANLE, Los Ángeles)
Nacida en Bucarest, Rumanía, se graduó en español por la Universidad de
Bucarest, donde enseñó esta lengua y su cultura hasta 1984, cuando emigró a losEstados Unidos. Doctora en lengua y literatura españolas por la Universidad delSur de California (USC), enseña desde 1987 en la Universidad Estatal deCalifornia en Los Angeles (CSULA), donde imparte cursos de alta división y deposgrado en lingüística hispánica, incluyendo sociolingüística, historia de lalengua, morfología, sintaxis, fonética y lingüística aplicada. Recientemente, haintroducido en el curriculum de su departamento un curso sobre “Español en losEstados Unidos”. Sus principales áreas de interés son la pragmática del español(con especial atención al estudio de la cortesía en diversas modalidades deHispanoamérica), el contacto lingüístico entre el inglés y el español, y lagramática contrastiva de las lenguas románicas, en particular del español, del
francés y del rumano. Ha sido profesora visitante y/o ha dado conferencias en varias universidades deArgentina, Uruguay, Costa Rica y España,y ha enseñado como Fulbright Scholar en Buenos Aires en 1993. Ha publicado más de cien trabajos científicos en libros y revistas de especialidad de Europa, EstadosUnidos y Latinoamérica. Es autora de varios libros sobre la gramática castellana para rumano-hablantes ysobre la traducción del rumano al español. Su último libro, Aspects of Spanish Pragmatics, ha sidopublicado en la primavera de este año en la editorial Peter Lang, New York. Es traductora al rumano devarios autores españoles importantes, entre ellos Emilia de Pardo Bazán, Gustavo Adolfo Bécquer, CarmenMartín Gaite, Ignacio Aldecoa, María Victoria Atencia. Ha recibido varios honores de su propiaUniversidad, incluyendo el título de President’s Distinguished Professor en 2008, el más alto de todos; dela Sociedad Nacional Hispánica Sigma Delta Pi (de la cual es actualmente Presidente Honoraria),incluyendo las Órdenes de Los Descubridores y Don Quijote; y de la American Association of Teachers ofSpanish and Portuguese, que le dio en 2000 el Teacher of the Year Award. Es miembro del ComitéEjecutivo de dicha organización, y es muy activa en varias otras organizaciones profesionales. Su nombreestá incluido, desde hace ya varios años, en varios volúmenes de referencia, incluyendo Who’s Who inAmerica y Who’s Who in the World, y algunos de sus trabajos científicos se pueden leer en la págian webde la Asociación Internacional de Hispanista, cuya socia es desde 1971. La dirección es:http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=9546&portal=189.
Domnita Dumitrescu es www.calstatela.edu/faculty/ddumitrA principios de este año, Domnita Dumitrescu ha sido nombrada Book/Media Review Editor de Hispania.
Meghan Stewart V00710090 History 394 Wed. March 28th, 2012 Health Care Risks to Canadian Troops in Africa Africa is a vast continent, with 55 countries, over 2,100 languages and 1.03 billion people (14.95% of the world’s population). Yet, in history, Africa is often treated as a single entity—while you take Russian, Canadian or American history, you rarely hear of someone studying Nigeria
PATIENT HANDOUT A Common sense approach To lower urinary tract hypersensitivity in women What you can do to help relieve your symptoms T he purpose of this handout is to provide information that can Dietary irritants to the urinary tract to avoid help you discover what you are ingesting or doing that may becontributing to your recurrent irritative voiding symptoms and whatCe