BIENESTAR DE LOS ANIMALES: UN NUEVO DESAFÍO Y UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA LA ZOOTECNIA DE LA LECHE
Prof. Peter Sandøe, prof. Stine B. Christiansen
1. Crecimiento del interés por el bienestar de los animales
La producción animal en los países desarrollados ha cambiado en modo sustancial en los últimos 50 años. Este cambio originariamente se encaminó por políticas públicas – antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial- para obtener comida más abundante y menos cara. De consecuencia la producción zootécnica se volvió más eficiente, en términos de coste para la producción de cada huevo o kg. de carne o litro de leche. La presión hacia una mayor eficiencia se detalló sucesivamente por el mercado, gracias a la competencia entre productores y minoristas para vender comida al menor precio posible, y tuvo un ulterior impulso. Bajo muchos aspectos ésta puede considerarse como la historia de un éxito. Los consumidores de estos países pueden, en efecto, adquirir productos zootécnicos a precios que son relativamente más bajos respecto a los del pasado. En Europa Septentrional en el período post-bélico era normal que la gente gastase entre un cuarto y un tercio de la propia renta en comida, mientras que ahora el porcentaje es del 10%. Contemporaneamente los agricultores y los encargados de trabajos agrícolas, aunque hayan sido disminuidos, han sido capaces de mantener una renta que está al paso con el de la sociedad actual. La eficiencia se ha obtenido gracias a la intensificación. Las haciendas agrícolas han aumentado en dimensión y crían un mayor número de animales por unidad de superficie, sea al cubierto que en el prado. Las metodologías usadas en la hacienda han favorecido la automatización y otros sistemas actos para la reducción de la mano de obra necesaria para cada animal, por ejemplo el uso de jaulas u otros tipos de cercado que controlan el comportamiento de los animales y que obtienen, en un modo más sencillo, la gestión. Los animales se han seleccionado para producir carne, huevos o leche más rápidamente y utilizando una cantidad relativamente menor de comida. Esto significa que estos cambios en agricultura han tenido un precio y que este precio ha sido pagado en gran medida por los animales. Normalmente éstos tienen menos espacio a disposición individualmente de cuanto tuvieran precedentemente y muchos de ellos viven en ambientes despojados que no les permiten mantener un comportamiento natural. Contemporaneamente la selección genética se ha visto acompañada de problemas cada vez mayores, a causa de enfermedades relativas a la producción. Los beneficios generados por la más alta eficiencia productiva son generalmente a breve término, ya que éstos se encajan a la competición que apunta una disminución de los precios de venta. Sin embargo algunos de los cambios que han llevado al aumento de la eficiencia, como por ejemplo la disponibilidad de espacio, han creado algunos efectos, a largo término, dañosos para los animales. En los últimos 20 años, aproximadamente, ha crecido gradualmente la conciencia de lo que se les ha hecho a los animales de criadero en nombre de la producción intensiva. Hasta hoy, en Europa, la producción de leche no ha llamado la atención por cuanto respecta al bienestar de los animales, respecto a la producción de huevos, carne de cerdo y de pollo. Nos hemos sofermado en efectos, digamos marginales, de la producción. No últimas por importancia, las condiciones en las que se crían los terneros y los toros jóvenes, utilizados para la producción de carne de ternera; han sido objeto de
discusión pública. La atención del público también se ha sofermado en el modo en el que se transportan los animales al matadero. El hecho de que no se haya implicado todavía la zootecnia de leche en las discusiones relativas al bienestar de los animales, no significa que no existan problemas relativos a este problema en este campo. Esto representa al mismo tiempo un desafío y una oportunidad para la zootecnia de leche. Una oportunidad porque se ve favorecida respecto a las otras formas de criadero para las cuales las reacciones de consumidores y ciudadanos preocupados pueden causar problemas y un desafíio porque si la zootecnia de leche no afronta la cuestión del bienestar de los animales en un modo serio y determinado, la situación puede cambiar y la atención hacia los problemas relativos al bienestar de los animales de leche crecerá.
2. ¿Qué es el bienestar de los animales?
La creciente conciencia, especialmente en Europa Septentrional, de cómo se trata los animales domésticos, ha producido algunas iniciativas a favor del “bienestar de los animales”. Los políticos se han demostrado deseosos de hacer algo por este problema pero han solicitado enérgicamente a la comunidad zootécnica y agro-industrial a no interferir sin tener argumentaciones mucho más fuertes. Una solución ha sido la de enviar dinero para el estudio del bienestar animal. Esto ha hecho que desde el año 1970 en adelante los fondos disponibles para las búsquedas en este campo crecieran constantemente en Europa, sea a nivel de UE que a nivel nacional. Un desarrollo semejante se ha constatado sea en América Septentrional que en Australia. El término bienestar animal indica un objetivo común, aunque haya diversidad de interpretación del término y de problemas subyacientes a ello. En el mundo científico al término se le ha dado un significado científico más o menos bien definido. Inicialmente el estudio del bienestar animal se ha afrontado con un cierto escepticismo por parte de los que trabajaban en el campo de las disciplinas científicas tradicionales. De consecuencia ha sido importante, por lo menos en la fase inicial, cuando el bienestar animal estaba volviéndose una materia de estudio oficial en las universidades y en los institutos de búsqueda para la agricultura, subrayar que se trataba de una verdadera materia de estudio científico y no algo contaminado por motivaciones políticas y morales. Generalmente, después se adoptó un acercamiento científico tradicional, basado en experimentos mirados a la identificación de los efectos de los factores individuales en situaciones controladas. El bienestar de los animales de granja ha sido estudiado intensamente por algunas décadas obteniendo muchos resultados útiles. Sin embargo, el modo en que ha sido conducida la búsqueda ha demostrado algunos límites. Una razón, la atención típicamente dirigida a factores tomados singularmente, como la densidad de los animales, las dimensiones de los grupos y el tipo de suelo. Cuando se quiere establecer el nivel de bienestar de los animales en una determinada hacienda o en un cierto grupo no existe un método sencillo para sumar los efectos de todos los factores individuales que concurren al bienestar de los animales. Hay un problema que se refiere particularmente a un factor que tiene un influjo enorme y que notoriamente cambia muchísimo en la hacienda respecto al laboratorio: la gestión de la hacienda. El modo en que el personal responsable de los animales ejecuta el propio trabajo puede ser igualmente o tal vez más importante para el bienestar de los animales que el lugar en el que los animales se alojan. Otro motivo es que los estudios sobre el bienestar animal se conducen con métodos completamente diferentes. Algunos científicos estudian el comportamiento de los animales. Por ejemplo, estereotipos u otras formas de comportamiento anormal se toman como indicadores de un bienestar total. Otros científicos usan el nivel de la
hormonas del stress u otros datos fisiológicos. Además otros usan la comprobación de enfermedades o de síntomas de mala salud de problemas relacionados con el bienestar. Pero existe una convención, ampliamente compartida, que para ser válida una medición del bienestar animal se tiene que realizar adoptando métodos diferentes. Existe, en efecto, la necesidad de desarrollar y reconocer la validez de los métodos para la medición del bienestar que puedan combinar los indicadores provenientes de aproximaciones diferentes. Recientemente los investigadores han iniciado a desarrollar estas mediciones combinadas para aplicarlas en una hacienda. Un desarrollo que sin duda alguna se aprueba. Sin embargo es necesario ser conscientes de que la posibilidad de aplicación de las búsquedas en el bienestar animal no solicitan sencillamente la localización de mediciones fiables y válidas del bienestar de los animales en una hacienda. Es necesario observar también de cerca una limitación que la ciencia del bienestar animal se ha autoimpuesto, y es decir la exclusión de cuestiones éticas. A dicho propósito, en esta sede, quisiera llamar la atención particularmente en una cuestión: ¿cuál es la base de referencia?. (Para otras problemáticas vea Sandøe et al., 2003)
3. ¿Cuál es la base de referencia?
A menudo cuando se discute de los animales en una hacienda, se hacen comparaciones sobre como los animales vivían en criaderos hace 50 o 100 años. La suposición que está a la base parece ser que, desde el punto de vista moral, exista una gran diferencia según si las condiciones de los animales hayan mejorado o empeorado. Los que no aprueban los modernos métodos de producción intensiva insisten en que bajo muchos puntos de vista los animales hoy viven peor respecto a sus antepasados, mientras que los que tienen una opinión positiva sobre los métodos de producción moderna hacen notar los motivos por los que la cualidad de la vida de los animales de criadero parece haber mejorado. Dichas comparaciones son problemáticas por al menos dos razones. Ante todo, parece que ambas motivaciones tengan fundamento y que no exista un motivo sencillo para afirmar que una es correcta y la otra equivocada. Es fácil entender en que términos la vida de los animales de criadero haya mejorado, por ejemplo la alimentación y la frecuencia de enfermedades infectivas, y en cuales, en cambio, haya empeorado, por ejemplo la densidad del ganado y la presión reproductiva. No existe un modo obvio para unir los pros y los contras y decidir si el desarrollo global, haya sido una ventaja o una desventaja para los animales. Todo ello nos lleva a la segunda razón. Aunque se pudiera demostrar que en general el bienestar de los animales de criadero es mejor hoy respecto a hace 50 ó 100 años, ¿qué se demostraría?. ¿Se demostraría que no hay ningún motivo para mejorar ulteriormente las condiciones de los animales en las haciendas modernas?. Comparadas esta situación y la humana de antes, por ejemplo pensando en grupos vulnerables como personas mentalmente enfermas, personas con trabajos peligrosos o estudiantes con problemas de aprendizaje. ¿Aceptaremos como motivo para no mejorar sus condiciones el hecho de que la situación en esos grupos era peor hace muchos años?. Obviamente no. La pregunta en realidad parece ser si estos grupos tengan un tratamiento imparcial respecto a cuanto es hoy tecnológica y económicamente posible. Lo mismo es válido para los animales de criadero. ¿Qué significa tratamiento imparcial para los animales?. La pregunta abre una discusión muy compleja. Lo que se entiende por tratamiento imparcial depende del punto de vista moral de cada uno, respecto a las relaciones entre hombre y animal. Por sencillez, consideramos brevemente tres prospectivas: el punto de vista de los
derechos del animal, el del valor ético del cuidado de los animales y el punto de vista utilitarista (para profundizaciones en estos puntos de vista, vea Sandøe et al., 1997). El punto de vista de los derechos de los animales, según el cual los animales tiene el derecho fundamental de ser tratados con respeto y ser criados y matados a fines productivos, no es compatible, en circunstancias normales, con un tratamiento respetuoso. Sólo en casos extremos, en los que los hombres no pueden sobrevivir sin comer carne, es moralmente aceptable matar animales para alimentarse. Por lo tanto, en línea de principio, es razonable criar animales con finalidad productiva sólo en circunstancias límite. El valor ético del cuidado, por otro lado, se funda en el principio que criar animales con finalidades productivas es un principio aceptable. Esta actividad admite una única relación entre el hombre y el animal, que es válida para ambas partes. Naturalmente esta relación no es sostenible en todas las circunstancias: por lo tanto un tratamiento razonable requerirá que los animales se crien en circunstancias tales en las que los obreros de la hacienda puedan mantener un comportamiento de cuidado hacia los animales de los que son responsables. Por último, desde el punto de vista utilitarista, lo que cuenta es el correcto equilibrio entre intereses animales y humanos. Si se pueden mejorar las condiciones de los animales sin grandes gastos para los hombres, entonces las condiciones actuales de los animales no se pueden considerar equas. Si por el contrario los costes para la mejora del bienestar de los animales son altos, entonces las condiciones de vida de los animales pueden considerarse más equas. Lo que parece evidente de este breve e incompleto examen de los diferentes puntos de vista éticos, es que no existe una prospectiva objetiva o imparcial que pueda ser tomada como base de referencia para establecer cual sea un tratamiento moralmente aceptable de los animales de criadero. Más bien, si se tiene que tomar una decisión sobre qué es necesario en la producción animal para ofrecer a los animales condiciones de vida moralmente aceptables, y es decir lo que se considera como un tratamiento imparcial, entonces esa decisión está destinada a ser tomada en relación como una cuestión de tipo moral. Naturalmente, puede existir una legislación apropiada que sirva para especificar la base de referencia. A nivel europeo hay una convención para la protección de los animales de criadero emanada por el Concilio de Europa (CoE, 1976). La Convención ha sido adoptada por la Unión Europea y seguida por una Directiva de la UE (CEU, 1998). Según cuanto establecen sea la Convención que la Directiva, los que tienen animales de criadero tienen que asegurarse que estén hospedados y cuidados según sus necesidades fisiológicas y etológicas. Un cierto número de recomendaciones del Consejo de Europa y de las directivas UE, especifican en los detalles cual es la base de referencia para la cría de las diferentes especies de animales domésticos. Sin embargo, incluso una legislación detallada debe interpretarse y aplicarse, y aquí, de nuevo, existe la exigencia de un punto de vista moral. La legislación no hace referencia a un específico punto de vista moral sino que sirve para recoger intereses diferentes y a menudo contrastantes, y para indicar los standards mínimos. Es correcto observar que en muchos casos la administración de la legislación relativa al bienestar animal posee evidentes afinidades con un punto
de vista utilitarista. Por un lado el bienestar de los animales de criadero debe considerarse de por sí justo. Por el otro, claramente, va equilibrado con otros intereses de la comunidad agrícola y de los consumidores de productos zootécnicos. Frente a dicho equilibrio nos podemos preguntar se eso esté realizado en modo éticamente aceptable. Otras nuevas cuestiones de tipo ético surgen en este punto: si por ejemplo, los intereses de los animales se han tenido en una adecuada consideración en este equilibrio. Para concluir ilustraré brevemente el panorama de lo que parecen ser los desafíos más importantes relativos al bienestar de los animales en la zootecnia de la leche.
4. Problemas relacionados con el bienestar de los animales en la zootecnia de la leche.
El desarrollo más evidente que se ha tenido en la zootecnia de la leche en los últimos 50 años es el enorme crecimiento de la producción de la leche por vaca. Lo que se ha obtenido por medio de la combinación de una cría selectiva con un mejoramiento de la nutrición. Pero, esta mejora, de por sí positiva, ha tenido algunos influjos decididamente negativos en el bienestar de los animales. Hemos sido testigos del crecimiento de un cierto número de enfermedades del ganado de leche, relacionadas con la producción, como la mastitis, la cojera y la cetosis. Sin embargo ya que algunas de estas enfermedades, aparte de la mastitis, tienen algunos efectos del todo negativos en la economía productiva, habrá incentivos para resolver el problema. Otras enfermedades como la cojera influyen menos en la producción y por lo tanto existe el serio peligro que no se les dé el peso justo desde el punto de vista del bienestar del animal. En general, el empujón hacia una cada vez mayor producción parece ser la causa del precoz “agotamiento” de las vacas respecto a la situación anterior. Para afrontar los problemas del bienestar animal relacionados al empujón productivo es importante poner atención sea en las técnicas de cría que en sus objetivos. La combinación de una buena administración y del esfuerzo para producir vacas de leche más robustas y más sanas puede tener un efecto positivo en el bienestar animal y ser remunerativo desde el punto de vista económico. Otra cuestión referida al ganado de leche es el stress social provocado por los recursos limitados de los modernos sistemas de alojamiento intensivo. Es muy importante que haya bastante espacio, en modo que todas las vacas puedan extenderse contemporáneamente, que las vacas no deban luchar para tener acceso a la comida y que no deban esperar para ser ordeñadas. En particular el parto resulta ser una situación stressante: es importante que la vaca pueda estar aislada de las otras y estar sistemada en otro recinto. La sistemación y el cuidado de los terneros también es un elemento importante. A menudo la tasa de mortalidad de los terneros es demasiado alto. Es necesario un cuidado atento, que a menudo no está asegurado, visto el valor relativamente bajo de estos animales. También el alojamiento y el cuidado de los animales en crecimiento es un problema. Concluyendo, el transporte y la matanza del ganado suscita otras cuestiones. Se puede hacer mucho, en este sector específico, por el bienestar de los animales. Los requisitos deben mantener relación sea con los equipamientos que con la mano de obra humana.
Bibliografía
CEU (Council of the European Union) (1998) Council Directive 98/58/EC concerning the protection of
animales kept for farming purposes. Official Journal of the European Communities(L221/23) 20 July. CoE (Council of Europe) (1976) European Convention for the Protection of Animales Kept for Farming Purposes. European Treaty Series no. 87.
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CAB International, Wallingford, UK, pp. 3-17.
Sandøe, P., Christiansen. S.B. & Appleby. M.C. (2003): “Farm animal welfare: the interaction between ethical
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